“Para ser totalmente franco, no nos agrada la idea del “pueblo escogido”. Demócratas por nacimiento y educación, preferimos pensar que todas las naciones y los individuos parten del mismo nivel en la búsqueda de Dios o, incluso, que todas las religiones son igualmente verdaderas. Hay que admitir desde el comienzo que el Cristianismo no hace concesión alguna a este punto de vista. No se nos habla de una búsqueda humana de Dios en absoluto, sino de algo que hace Dios por, para y acerca de, el Hombre. Y la manera como se hace es selectiva, antidemocrática hasta el grado sumo. […] Tal proceso es muy distinto de lo que piden los modernos sentimientos; pero es increíblemente semejante al modo de actuar de la Naturaleza. Selección, y con ella (hemos de admitirlo) inmenso desperdicio, en su sistema. […] En la transmisión de la vida orgánica, semillas y espermatozoides son emitidos; pocos de ellos son seleccionados para el honor de la fertilidad. Entre todas las especies sólo una es racional. Dentro de esta especie, sólo unos pocos obtienen el privilegio de la belleza, la fuerza y la inteligencia.