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La paradoja de la «Independencia económica del esposo»

Louvre, Abu Dhabi.

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Otra de las paradojas planteadas por el feminismo, y revelada por el “príncipe de las paradojas” G. K. Chesterton, es la de la independencia económica del esposo, por parte de la mujer. Él plantea que es bastante irónico reconocer que aquellas mujeres que trabajan se quieren independizar del esposo, pero que, a su vez, se vuelven dependientes de su propio jefe. También le parecía paradójico que la mujer quisiera independizarse en las cosas que compra para sí misma, pero no de la comida que el esposo lleva para la casa. Creía que el esposo y la esposa se habían vuelto algo así como enemigos. Así lo analizó: “Con esto me refiero ala independencia económica del esposo. Muchas mujeres pueden indignarse por el hecho de que su esposo les compre la ropa, pero no se indignan de igual manera por el mercado que el esposo paga para el hogar. Sin embargo, la paradoja más impresionante es que para evitar la dependencia del esposo, entonces deciden mejor ser dependientes de un jefe, banquero o prestamista. “La mujer “excepcional” es independiente sólo de su marido; en ninguna otra relación de su vida es independiente. Es independiente del hogar, pero no del taller, del trabajo o de la sociedad. Y es característico en grado superlativo de esta confusión, que una persona de bien haga una distinción aún más refinada y se decida a ser independiente en el cuarto de vestir, pero no en el comedor. […] Por lo tanto, y para empezar, sería bueno darse cuenta de loque significa la independencia económica como algo distinto de lo que debería significar. No es la dependencia del sastre lo queconstituye la seria inconsistencia en la idea, sino el hecho de que la mujer moderna, se verá ella misma forzada a trabajar, no para un sastre, sino probablemente para alguna otra persona que sea la que primariamente gane dinero. Y la pregunta es ¿Por qué es mejor ser proletario en la fábrica que ser comunista en el hogar? Porque la única verdadera y legítima institución comunista es el hogar: “Te doy en dote todos los bienes mundanos que tengo”, esta es la única proclama comunista que se ha hecho sobre la propiedad y que resulta de verdad satisfactoria. […] Pero con toda certeza hay una implicación mucho más perversa que se extiende por el mundo moderno: que la mujer y el marido son enemigos naturales. Son alparecer enemigos tan mortales que es suficiente para uno de ellosliberarse del otro, aun en una estupidez particular, aunque no sea liberada de nada ni de nadie más. Cualquiera puede encontrarse casi vilmente dependiente de cualquier otro; cualquier mujer puede hacer lo mismo. Y al parecer no le importa nada a ella, mientras no sea su propio marido y no se refiera a sus sombreros.”

La mujer debería reconocer amablemente, que el esposo que la acompaña no es en ninguna medida su peor enemigo, como mu- chas mujeres lo quieren ver y también como lo quieren mostrar aotros. (Con eso me refiero a matrimonios normales y tranquilos, yno a aquellos donde realmente el esposo y la esposa parecen pro- tagonizar la tercera guerra mundial). La mujer podría disfrutar de su adecuado papel en un hogar y de esa manera vivir sin tantas frustraciones diarias.

Tomado del libro: Las Mujeres Son Malas, Los Hombres Son Buenos Por Naturaleza. pp. 71

 

 

 

 

 

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