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Los físicamente cobardes son los únicos hombres que no le tienen miedo a las mujeres. G. K. CHESTERTON.

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Burj Khalifa, Dubai.

El escritor inglés G. K. Chesterton, en su ensayo acerca de la obra de Shakespeare llamado “Los Macbeth”, toca el tema de la fuerza y la debilidad en los sexos; decía que, en aquella obra dramática, escrita aproximadamente en 1616, el autor había dibujado a la perfección la relación de un hombre y una mujer dentro del matrimonio. Exponía que alrededor de esa obra de teatro, existía una gran controversia a nivel histórico. Muchas personas declaraban que Lady Macbeth debía ser una mujer muy masculina y que, por el contrario, el señor Macbeth, tal vez era un cobarde, al haberse dejado gobernar por su esposa en el asesinato de Duncan. En la obra de teatro, la esposa tomó el mando de la situación y decidió agarrar los puñales con sus propias manos para dejarloscomo evidencia inculpando a otros, con el fin de entregarle el poder a su esposo, el poder que él tanto deseaba.

Lo que finalmenteconcluye Chesterton, es que Lady Macbeth realmente era una mujer muy femenina por su maldad, pero a la vez muy fuerte, y que el señor Macbeth era muy masculino porque se dejaba gobernar por su esposa, es decir débil. Señalaba que esa discusión, alrededor del asesinato de Duncan, era una discusión que se presentaba en todos los comedores de todos los hogares en el planeta. La mujer llamando cobarde a su esposo y el esposo dejándose dominar por su esposa. En su ensayo escribió: “Pero el varón Macbeth y su marcada, pero inadecuada virilidad, sólo puede ser expresados en conexión con el carácter de su mujer. […] La cuestión como comúnmente se expresa es, en pocas palabras, la cuestión de si Macbeth era realmente masculino, y, en segundo lugar, si Lady Macbeth no era realmente femenina. Los críticos antiguos asumieron que, dado que lady Macbeth obviamente gobernaba a su marido, tuvo que haber sido una mujer muy masculina. La deducción entera es por supuesto falsa. Es posible que mujeres masculinas gobiernen el consejo de la ciudad, pero jamás gobiernan a sus maridos. Las mujeres que gobiernan a sus maridos son las mujeres femeninas, y yo estoy enteramente de acuerdo con los que piensan que Lady Macbeth tuvo que ser una mujer muy femenina. Pero mientras algunos críticos insisten correctamente en el carácter femenino de Lady Macbeth, se empeñan en privar a Macbeth de ese carácter masculino que es obviamente lo contrario del otro. Piensan que Lady Macbeth tiene que ser un hombre porque gobierna. Y sobre el mismo estúpido principio piensan que Macbeth tiene que ser una mujer o un cobarde o un decadente o algo raro, porque es gobernado. El tipo de hombre más masculino es siempre gobernado. Los físicamente cobardes son los únicos hombres que no tienen miedo de las mujeres.

Tomado del libro: «Las Mujeres Son Malas, los Hombres Son Buenos Por Naturaleza» pp. 19, 20.

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¡Un Niño!

¡Un Niño!

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Mesa de Los Santos, Santander, Colombia.

Así fue el grito que pegamos con mi hijo cuando vimos un niño en nuestro conjunto residencial. ¿Hacia qué lugar se dirige esta humanidad actual? Eso fue precisamente lo que pregunté a mi mente cuando me escuché tan sorprendida al ver a un niño que tenía balón pequeño y que andaba deambulando por el conjunto tratando de encontrar otro ser igual de extraño que él y que también quisiera jugar a los clásicos de antaño.

 

Mi hijo se sorprendió igual que yo y no dudó en salir corriendo para encontrar aquel espécimen único en el lugar.

Este suceso que puede parecer casi inaudito, habla más que cualquier otra cosa. Por un lado, demuestra que los niños y sus padres están obnubilados en las cosas que proporciona la tecnología. Así mismo, que los padres también están interesados en que sus hijos tengan poco movimiento y se queden hipnotizados con un gran sistema que ni siquiera les permite pensar.

 

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Niños con diversión clásica. Sohar, Omán.

 

 

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Niños que todavía juegan sin tecnología. Sohar, Omán.

 

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Sohar, Omán.

 

Pero por otra parte, saca a la luz el egoísmo en que vivimos las sociedades de hoy, disfrazado de amor exacerbado por la naturaleza y el medio ambiente. No es que no sea importante, pero no puede ser superior al sacrificio que deben hacer los padres por tener un hijo y así conservar la humanidad para vivir en el planeta. Tener un hijo es sacrificado y eso nos hace grandes, así nos quieran ver como depredadores medioambientales. Los hogares que deciden tener hijos hoy, a pesar de la mala fama que las feministas y los activistas medioambientales hacen para que se abstengan, son unos verdaderos héroes. Las madres embarazadas rompen con esa idea absurda de acabar con la humanidad y por eso son heroínas. Porque el valor supremo actual y equivocado, es una mascota callejera adoptada y no un hijo. Con esa “filantropía” acallan sus conciencias, de no poder sostener anímicamente un matrimonio con hijos. ¿Para qué un planeta verde, si finalmente no tendrá niños que jueguen en el verde que tanto están cuidando? Porque eso es lo que buscan los ambientalistas y las feministas… que el planeta se quede únicamente con animales y sin seres humanos. ¿Y eso qué sentido tiene?

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Planeta verde, Boyacá. Colombia.

Podemos ver la utilidad de una decisión, cuando miramos hasta el final y sus últimas consecuencias. Claramente la decisión de controlar la natalidad (Con sus nefastas consecuencias en la China, India, Japón, Alemania, Tailandia, Rusia, Canadá, etc.) y no tener hijos por “el bien del planeta”(porque ese es el disfraz) sólo nos llevará a tener uno con la humanidad extinguida. ¿Y entonces para qué buscamos vida en otros planetas si estamos tratando de extinguir la vida próxima a nacer en este?

La humanidad se ha sabido controlar a lo largo de la historia. No necesitamos que nos sigan metiendo engaños en nuestras cabezas para que acabemos con la nuestra.

¡Que vivan los niños y sus hogares valientes!

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Planeta verde, Boyacá. Colombia.