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¿La religión reprueba lo «Trans»? La religión lucha por el orden.

Hace poco vimos la noticia de un hombre que no se siente cien por ciento humano. Debido ello se implantó unas aletas electrónicas en su cráneo. Se denomina a sí mismo como «Transespecie». En torno a ello, surge la pregunta sobre su condición. Si no se siente humano entonces debe salir del mundo de los derechos del hombre, entre ellos, la democracia, la propiedad, la herencia etc. Pierde sus privilegios como sujeto activo.

Este movimiento que se está gestando frente a todos los que no se sienten humanos, en un futuro cercano, empezará a exigir sus derechos de animales o de seres humanos o de minoría. Con su desprecio al lugar que como humanos tenemos en la naturaleza, lo que realmente desean es demeritarla con el objetivo de darle mayor preponderancia al animal que ellos aman y que lo desean fervientemente en su propio ser. Él se puso sus aletas, por tanto, no podemos dejar de analizar con mayor detenimiento, que son muy importantes en el reino animal. Su acción de ir al Japón a implantárselas, sublima la condición del animal «pez» específicamente. Cada «Transespecie» hará lo propio con su predilecto.

Lo verdaderamente importante en esta situación, es el desorden que nos generan como sociedad en cuanto a la inclusión. Años atrás, el debate se presentaba entre religiosos y «Trans» que se movían supuestamente en el ámbito sexual. Tildaban a los religiosos de «mojigatos» porque se pensaba que ellos se estaban metiendo de lleno en la sexualidad personal únicamente. Y ahí es donde se encuentra la equivocación. El problema en definitiva no tiene que ver especialmente con lo que cada uno decide hacer con su sexualidad, sino con sus demandas incesantes de beneficios por ser una minoría, su victimización. También del desorden que causan en las registradurías (lugares donde se expide la identificación ciudadana), en los formularios de peticiones en las alcaldías, de viajes, de pasaportes, de leyes y demás. La religión aboga por lo sencillo. Si usted tiene un pene pues es hombre, y si tiene una vagina es mujer. Si tiene ambos decida por favor qué quiere ser y luego informa que escogió. Es muy sencillo. De cómo se siente cada día cuando el sol sale, es cuestión propia. Pero estas emociones no tienen que poner a nuestros gobiernos asustados y con una deuda imaginaria, para hacerle creer a la sociedad que son y serán inclusivos. Los desajustes que este desorden genera, traspasa el aparato judicial y muchos estamentos que andaban relativamente bien y sin tropiezos de esta índole. Sin contar con el lenguaje inclusivo que también lo están desordenando, por las emociones de los que se levantan en la mañana pensando que ahora son otra cosa u otra persona.

Para recapitular, es importante dejar claro que la religión busca lo sencillo y por tanto el orden. Cada uno puede pensar según la emoción del momento, lo que desea ser los siguientes años de vida y nadie debe meterse en su sexualidad. La religión quiere orden social para que nuestra vida sea más sencilla. No podemos permitir que nuestra sociedad siga sufriendo por el temor a dañar los sentimientos y emociones de un grupo pequeño. Nuestros formularios de peticiones deben ser sencillos. Si nos acogemos a las demandas de todos los ciudadanos y sus necesidades, entonces los formularios serán muy largos para que cada uno describa y ponga una «X» en el género o en la especie o en la cosa que ha decidido ser.

Si desea leer el artículo sobre el hombre «Transespecie» puede hacerlo en el siguiente link: https://www.infobae.com/sociedad/2020/12/04/se-implanto-dos-aletas-en-el-craneo-para-experimentar-nuevos-sentidos-no-me-considero-100-humano/

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Aquí está el mejor antídoto contra la corrupción en nuestros países… Día 113 de «125 Días».

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Catedral de la Sagrada Familia, Barcelona, España.

DÍA 113

Finalmente dejé en mi espalda la visión del Océano Glacial Antártico y de los pingüinos durmiendo con sus crías en los montículos. Ya debía regresar a la realidad para enfrentarme con seres humanos a los que les puedo entender el lenguaje. Cuando llegué a la entrada, mis compañeros de viaje estaban en silencio esperando que yo apareciera por algún lado. No me dijeron nada porque no teníamos tanta confianza como para regañar a alguien, pero era evidente su incomodidad por mi demora. Ellos tenían razón en estar enojados porque mientras disfrutaba del silencio y la soledad al lado de los animales, ellos estaban aburridos esperándome. Nos subimos en el carro y no me reprocharon afortunadamente.

Llegamos nuevamente a la casa de Carlos el joven ayudante del bus que nos trajo hasta la Patagonia chilena. Abrió la puerta su abuelita y nos dijo que él había salido a dar una vuelta. Detrás de ella apareció la mamá y dijo muy amable que podíamos seguir para que descansáramos un rato. No sabía cómo pedirle el favor de que me dejara quedar en algún lugar de su casa con mi sleeping, para evitar el gasto del hotel. Así que me armé de valor y se lo pedí directamente. Le dije que por favor me dejara quedar en el mueble de la sala sólo por esa noche. La señora muy amable me dijo que no había ningún problema. Así que la pareja de holandeses y el francés también le pidieron lo mismo en medio de mi extrañeza. El colombiano ya se había ido para un hotel en el centro. Seguramente sus planes económicos para el viaje habían sido diseñados de una mejor manera que los míos y los de los holandeses y el francés a pesar de que ellos tenían en su sangre un modo de comportamiento diferente. La historia de la Reforma Protestante influenció las vidas de las personas en estos países en el norte de Europa con Zwinglio y Calvino para no tener actuaciones de persona pobre. Yo había sido educada en el entorno del “más vivo”, con “la malicia indígena” y demás cosas que hacen de nuestros países los más corruptos en el mundo. Así que pedir este favor no era tan anormal si pensamos en el origen de mi vida. Pero que ellos lo hicieran era muy insólito desde mi punto de vista. Sus raíces estaban fundamentadas en un modo de vida muy distinto al mío. Ellos poseen gracias a su historia un modelo de estado y de sociedad completamente deseable en muchas partes del mundo. Max Weber profundizó en estas razones a comienzos del siglo XX, porque precisamente se preguntó el motivo de su éxito económico y observó que las raíces están en su religión que difiere bastante de judíos, católicos, musulmanes, budistas e hindúes; las mayores religiones en el mundo. Ninguna ha obtenido tantos éxitos en lo económico y finalmente en lo social como la que se practicaba en los países donde la Reforma Protestante hizo su aparición en el siglo XVI y donde los puritanos hicieron una búsqueda disciplinada de su salvación. Esta salvación se demostraba por el éxito en su profesión que derivaba en un éxito en lo económico, a pesar de que no buscaban el dinero como un bien en sí mismo. Es más, odiaban a quien se comportaba como un avaro. Y aunque creyeron que pertenecían a una élite especial, lo cual no puede ser cierto dentro del cristianismo, esto ayudaba a darles la fuerza para comportarse correctamente y por consiguiente a tener una buena reputación, que finalmente redundaba en beneficios económicos. Calvino dijo que existía la doble predestinación, es decir que unos eran predestinados por el mismo Creador para salvación y otros para condenación. Obviamente este tema está muy equivocado y está por fuera de la doctrina, ya que nuestro Padre nos dio el libre albedrío y si esto que planteó Calvino fuera verdad, entonces deduciríamos que Dios es determinista, así que se negaría así mismo, porque uno de sus mayores regalos es precisamente nuestra capacidad de decisión. Aunque el origen del progreso de los puritanos está fundado sobre un problema doctrinal dentro del cristianismo, no podemos desconocer que, a pesar de todo, puede enseñarnos bastante sobre lo que significa comportarnos correctamente, con una vida virtuosa, para tener un mejor modo de vida en la parte económica, social y de gobierno. Eso es lo que debemos emular de los países tan deseables del norte de Europa. Este tema tan apasionante lo trató Max Weber en su investigación sociológica y esto fue lo que descubrió: “La predestinación otorga al “agraciado” la medida más alta de certeza de salvación, una vez que está seguro de pertenecer a la aristocracia de los elegidos. Pero el individuo necesita síntomas de que posee este incomparable carisma, pues la incertidumbre absoluta no se puede soportar a la larga. […] y lo que proporciona la certidumbre es el saber que no son esas faltas, sino los actos agradables a Dios, los que fluyen de la propia relación íntima con Él debido a la misteriosa relación de la gracia; por lo tanto, de la cualidad central y constante de la personalidad. […] la fe en la predestinación se apropió, en sus más consecuentes adeptos, de los más fuertes motivos imaginables para una acción grata a Dios. […] el virtuosismo intramundano[1] y la búsqueda disciplinada de salvación en el oficio querido por Dios fue la fuente de la virtuosidad lucrativa de los puritanos. Desvalorización radical y definitiva de la gracia mágica, sacramental e institucional ante la voluntad soberana de Dios […] La influencia más fuerte la tuvo el puritanismo. […] El Islam no fundó ninguna técnica de vida cotidiana, como el puritanismo, en el que la predestinación afectaba al destino en el más allá […]

Pero en ninguna parte el orgullo de la aristocracia predestinada a la salvación se halla tan íntimamente unido con el hombre de oficio y con la idea de que el éxito de la acción racional demuestra la bendición de Dios, como en los países en que impera la fe puritana en la predestinación; en ninguna otra parte, por lo mismo, ha sido tan extensa la acción de los motivos virtuosos sobre la mentalidad económica. […] Con su expansión creciente en la vida de todos los días y en la religiosidad de la masa, se tolera cada vez menos la sombría aspereza de la doctrina, hasta que queda […] esta doctrina de la gracia en la mentalidad capitalista racional: la idea de la metódica corroboración profesional en la vida lucrativa. […] el puritano piadoso que no obró a causa de una laxa interpretación o de una doble moral, sino, por el contrario, con la mejor conciencia imaginable, […] se legitimaba ante sí mismo y en el círculo de su comunidad; y se legitimaba porque su conducta era absolutamente intachable. Ningún puritano realmente piadoso –eso es lo que importa- hubiese podido tener como ganancia grata a Dios la usura como garantía prendaria, el aprovechamiento del error de la parte contraria (permitido a los judíos respecto a los extranjeros), el regateo y el chalaneo[2], la participación en las ganancias expoliadoras de la política o del coloniaje. El precio fijo, la conducta comercial absolutamente objetiva, incondicionalmente legal, desprecio del ansia de dinero, es lo que ha conferido a los cuáqueros y baptistas su confianza por parte de los hombres, hasta el punto de que los ateos les compraban a ellos y no a sus iguales, a ellos y no a sus iguales confiaban su dinero en depósitos o en comandita, y los enriquecían; y justamente estas cualidades los “probaban” ante su dios. […] el puritano detestaba el espíritu de tendero sediento de riqueza.” [3]

Aunque este estándar de vida puritana se percibe cada vez menos en los países deseables del norte de Europa, sus enseñanzas se han impregnado en su forma de vida virtuosa y aún tienen comportamientos éticos que les permite manejar una sociedad de la mejor manera. Ellos sienten que ahora no necesitan de Dios para vivir bien ni para comportarse correctamente. Por consiguiente, no quieren tampoco establecer una relación profunda con el Creador. No sabemos cuánto durará su sociedad exitosa sin la existencia de Dios en sus vidas, pero lo que si podemos establecer es lo que la existencia de Dios hizo en su historia pasada y lo que puede hacer en nuestras sociedades latinas o aquellas que como nosotros tienen problemas de corrupción. La Palabra de Dios es muy clara a través del mensaje que el apóstol Pablo les escribió a los cristianos en Roma. Allí está escrita la evidencia de lo que hace un ser humano cuando conoce profundamente a Dios y entiende lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz. El cambio interior es abrumador y comienza a hacer lo correcto. Pablo describe este cambio: “Sabemos que nuestro antiguo ser pecaminoso fue crucificado con Cristo para que el pecado perdiera su poder en nuestra vida. […] entréguense completamente a Dios, porque antes estaban muertos, pero ahora tienen una vida nueva. Así que usen todo su cuerpo como un instrumento para hacer lo que es correcto para la gloria de Dios. […] Uno puede ser esclavo del pecado, lo cual lleva a la muerte, o puede decidir obedecer a Dios, lo cual lleva a una vida recta. Antes ustedes eran esclavos del pecado, pero, gracias a Dios, ahora obedecen de todo corazón la enseñanza que les hemos dado. Ahora son libres de la esclavitud del pecado y se han hecho esclavos de la vida recta. […] Cuando eran esclavos del pecado, estaban libres de la obligación de hacer lo correcto. ¿Y cuál fue la consecuencia? Que ahora están avergonzados de las cosas que solían hacer […] pero ahora quedaron libres del poder del pecado y se han hecho esclavos de Dios. Ahora hacen las cosas que llevan a la santidad y que dan como resultado la vida eterna.” [4]

¿Qué estamos haciendo como individuos para terminar con la corrupción en nuestras naciones? ¿Nos comportamos correctamente como evidencia de nuestra relación con el Creador?

[1] Comportarse correctamente en la vida social.

[2] Astucia, maña, engaño, pillería.

[3] Max Weber (2011). La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Editorial Fondo de cultura económica. México. pp. 288-292.

[4] Romanos 6:6-22 NTV (Nueva Traducción Viviente)

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Día 38 de «125 Días». ¿Qué pensamos acerca de la migración?

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Aguachica, Colombia.

DÍA 38

El resto de la comunidad judía, todavía tenía la esperanza de conseguir escapar de una persecución aún peor, esperanza que se mantuvo hasta que los nazis ocuparon el país.

Laurence Rees

En la tarde, después de haber escalado a lo largo de todo el día, comenzamos a desmontar las rutas. Ellos me invitaron a tomar algo, en el Hard Rock Café que había en el pueblo; era el sitio de moda que había sobrevivido al pánico general producido por la posible explosión del volcán. Los escaladores suizos no creían en tal erupción, pues pensaban que era solo una amenaza; se reían del miedo exagerado de la gente que salió huyendo del pueblo con todo el trasteo. Tal vez para ellos la gente era muy exagerada, pero en realidad estaban utilizando una parte de la mente que se llama negación. Lo hacían para vivir más tranquilos, y no caer en un miedo con respecto a la catástrofe que se avecinaba. Estaban tan felices viviendo en Baños, que lo único que hacían era postergar algo que algún día iba a suceder. Existen muchos ejemplos, a lo largo de la historia, con respecto a la negación y postergación de catástrofes. El ser humano la elabora en la mente, para no dejar atrás sus comodidades y, al mismo tiempo, no caer en pánico. Uno de los casos más terribles de la historia, fue el de los judíos en la Segunda Guerra Mundial.

Ellos pensaban que ya había pasado lo peor, es decir, cada vez que el gobierno alemán, en cabeza de Adolfo Hitler, les quitaba un derecho, creían que nada peor que eso podía sucederles. Su mente no les permitía sentir miedo, y por eso acudían a la negación. El escritor Laurence Rees hizo una descripción esclarecedora de lo que muchos de los humanos hacemos, de manera inconsciente, para no aceptar lo inevitable. De alguna manera somos inocentes y creemos que las cosas malas no pueden sucedernos en realidad. Dejó escrito el pensamiento de muchos judíos que se negaban a creer que algo tan malo podría sucederles. Dice así: “Ni siquiera cuando desesperada veía alejarse a la pequeña, tenía Lucille idea alguna de que iba abocada a su propia muerte. Jamás se nos pasó por la mente pensar en lo que harían con los niños, los ancianos y los que no eran capaces de trabajar. Nunca fuimos lo bastante racionales para imaginárnoslo; nos limitamos a dar por hecho que seguirían vivos” […] Todos sabían que iban a ser enviados a la muerte, los rumores sobre un lugar llamado Sobibor y lo que estaba ocurriendo allí, habían circulado desde hacía meses […] hubo algo de charla en el oscuro vagón: “El ejército alemán no nos matará. Nos llevarán a un campo de concentración”. Pero el padre de Toivi fue llevado con los demás hombres a las cámaras de gas. […] Los judíos húngaros, fueron por supuesto el blanco particular de los Nazis. Entonces había más de setecientos sesenta mil, cerca del cinco por cien de la población, y aunque habían sufrido los efectos de la legislación antisemita, la mayoría de sus comunidades y buena parte de sus fortunas estaban todavía intactas; sin embargo, el resto de la comunidad judía, todavía tenía la esperanza de conseguir escapar de una persecución aún peor, esperanza que se mantuvo hasta que los nazis ocuparon el país. Algunos supervivientes de los campos que después de la guerra se establecieron en Israel, afirman que tuvieron que hacer frente a una especie de crítica oculta, no explícita, por no haber hecho más para oponerse a los nazis y luchar contra ellos. […] El hecho es que sigue existiendo la opinión, a menudo no confesada, de que no habrían debido comportarse según las palabras de Moshe Tavor “como ovejas al matadero.” 

 

Esa actitud es difícil de entender para nosotros, que estamos por fuera de aquellos sucesos históricos. Pero también debemos darnos cuenta de que la negación hace que la comodidad prevalezca ante todo, y en este caso no fue la excepción. No es fácil imaginarnos cómo sería una persecución, por cualquier motivo, que nos hiciera salir de nuestras casas cómodas, de un día para otro, a tomar un rumbo desconocido y comenzar de nuevo; a lo mejor en un país diferente, sin amigos, sin el idioma, en una casa vacía y con gente prejuiciosa a nuestro alrededor. Es mucho más fácil tomar el camino de la negación, que nos permite no incomodarnos hasta cuando la catástrofe llega inevitablemente. La negación como herramienta es histórica.

Los mismos judíos de la antigüedad también hicieron uso de ella. Esa historia como ejemplo, podemos verla a través del profeta Sofonías, quien alertaba al pueblo de su inminente destrucción a manos del imperio babilónico, la cual llegó, y ellos no pudieron hacer nada al respecto cuando lo inevitable hizo su aparición. En aquella época también existía la negación. El profeta dejó la evidencia de la advertencia que hizo a la nación: “En aquel tiempo tomaré una lámpara y registraré Jerusalén. Castigaré entonces a la gente que se siente tranquila como el vino reposado, y que se dice a sí misma: “¡El Señor no hará nada, ni bueno ni malo! Por eso, sus tesoros serán saqueados y sus casas destruidas. Construirán casas, pero no vivirán en ellas; plantarán viñas, pero no beberán de su vino.” 

 

El resto de la comunidad judía, todavía tenía la esperanza de conseguir escapar de una persecución aun peor, esperanza que se mantuvo hasta que losnazis ocuparon el país.

Laurence Rees

¿Seríamos capaces de dejar nuestra vivienda y nuestras cosas más amadas, para salir huyendo hacia una nueva vida desconocida, abandonando un gobierno totalitario?

1 Pedro 3:7 DHH

Laurence Rees (2005). Auschwitz. Editorial Crítica. Barcelona. Págs. 145, 283, 309, 396

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