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¿La cantidad de suicidios masculinos es característico de nuestra época?

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“Estas estadísticas de suicidio masculino no son algo característico de nuestra época, aunque su crecimiento desmesurado en los últimos años sí lo es. En el siglo XIX, también existía esta tendencia masculina a no soportar los problemas de la vida. Concepción Arenal hizo una comparación muy reveladora del tiempo en que vivió. Lo escribió para incrementar el valor de la mujer. En el tiempo actual en el cual el hombre ha dejado de tener valor personal, es importante tener en cuenta esta apreciación, para considerar con mayor compasión las emociones débiles que ellos manejan por dentro. Ella observó: “A pesar de ver a muchas mujeres con sufrimientos por no ser tomadas en cuenta, o reducidas a la miseria por la sociedad que le cierra la mayor parte de los caminos para ganar su subsistencia, escuchando el grito horrible de sus hijos hambrientos cuando no tiene pan que darles, recibiendo el bofetón ignominioso del desprecio público cuando ha sido débil, expuesta al tedio por falta de ocupación racional y útil, la mujer debía abandonarse a la desesperación con más frecuencia que el hombre y recurrir más veces al suicidio. Y, sin embargo, no era así; el ser débil soporta con mayor fortaleza una vida de dolores; lucha hasta caer herida por la mano de Dios omnipotente, y no por la suya culpable. La proporción varía de unos países a otros, pero en todos es menos el número de mujeres que se suicidan que el de los hombres.” 
Esa incapacidad emocional masculina de enfrentar la vida, sumada al estado actual del mundo, ha hecho que el suicidio se convierta en una salida por causa de la desesperación.»

Concepción Arenal (1989). La mujer del porvenir, la mujer de su casa. Ediciones Orbis. Barcelona, España. pp. 16-18.

Fragmento de: Paola Vélez. “Las Mujeres Son Malas, Los Hombres Son Buenos Por Naturaleza”. Apple Books. www.paolavelez.com

Todos los textos e imágenes son propiedad de Paola Vélez mientras no se diga lo contrario.

 

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Debemos dejar de gritar al patriarcado y mas bien, podemos mirar la bondad inimaginada de los hombres.

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Mosque Sultán Qaboos, Omán.

Al terminar de leer la novela «Blattaria» de Alfonso Florido, es imposible no pensar en lo que estamos haciendo mal como mujeres con respecto a nuestros esposos y a los hombres en general de nuestra sociedad. Él la escribió con el objetivo de denunciar la violencia hacia los hombres por parte de las mujeres. Y precisamente coincidió con la muerte de un músico mexicano Armando Vega Gil quien decidió suicidarse debido a la acusación de una mujer sobre acoso sexual cuando era una niña de 13 años. En su carta que publicó en Twiter antes de morir dijo que prefería suicidarse y dejarle el camino abierto a su hijo, con un final terrible (al dejarlo huérfano) que vivir un terror constante sin final. Esa acusación la lanzó una mujer sin tener pruebas de ninguna clase por el tiempo transcurrido, pero sin pensar siquiera en las consecuencias para la vida del músico y de su familia.

¿Qué nos puede hacer pensar que esta acusación contra el músico mexicano es verdadera? Destruyó su vida pública, también su vida física y sin pruebas. Y esto sucede porque las mujeres feministas radicales están al acecho tratando de exterminar a los hombres de cualquier manera. Esto no significa que las acusaciones actuales contra el abuso de hombres hacia las mujeres no sean una realidad, pero sí debe dejarnos preguntas profundas sobre lo ligeros que podemos llegar a ser al creer lo que dice una mujer sólo por ser mujer. Y este mal es el que denuncia Alfonso  Florido en su novela, porque esta situación la viven a diario muchos hombres en España debido a las leyes tan desiguales en este sentido. Si la mujer decide denunciar falsedades incluso, sólo por venganza, le creen únicamente por ser mujer y el hombre ya es culpable por ser hombre. Por supuesto trae consecuencias muy duras como alejar a los padres de los hijos o muchas veces hasta la cárcel con mentiras inventadas.

Las mujeres feministas radicales deberían dejar de gritar al odiado patriarcado como ahora lo denominan, y mas bien encontrar esa parte masculina tan bondadosa que se niegan a revisar. Están tan pendientes de todas las jugadas masculinas para caerles encima y destruirlos, que no tienen tiempo de reconocer que los hombres son sencillos y con un corazón muy delicado que se puede destruir fácilmente así ellos no nos lo quieran demostrar. ¿Acaso ellos están pendientes todo el tiempo de nuestras caídas cómo esposas, mujeres o madres? Ellos no están fijándose en los detalles y por eso son libres y nos dejan ser libres. Esto es lo que debemos aprender de los hombres.

Paola Vélez 

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¿Cómo tratas a tus hijos? ¿Crees que por ser varones tienen que aguantar tu maltrato como madre?

 

 

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Suesca, Colombia.

Muchas mujeres tenemos el privilegio de enseñar a nuestros hijos, pero en muchas ocasiones utilizamos el maltrato verbal o físico para lograr nuestros objetivos, especialmente con los varones. Creemos que tienen que aguantar todo porque son hombres. Ellos como en muchas ocasiones en su vida adulta guardan silencio y atesoran emociones. Este patrón lo reproducen cientos de veces, inclusive con sus esposas. Y otros prefieren quedarse al lado de su madre que maltrata, (porque una madre que no deja volar a su hijo, también está maltratando), para recibir uno solo y no de otra mujer diferente.

Estamos viendo la agresividad que los hombres cometen hacia la humanidad pero dejamos de lado el porcentaje de infanticidios que cometen las mujeres con sus hijos no nacidos e incluso con aquellos que vieron la luz de la vida y fueron asesinados sin que nadie lo pueda comprobar, porque nadie puede creer que una madre lo haga. Este porcentaje es parecido al que cometen los hombres con el resto de la sociedad. Estos datos muestran una realidad dolorosa y es el poder que tenemos con nuestros hijos como madres. La BBC, tiene un artículo que habla sobre la violencia de los hombres en el mundo, pero también habla sobre los infanticidios hechos en su gran mayoría por mujeres. Allí dice lo siguiente:

«En muchos casos, las mujeres matan para defenderse o para proteger a sus hijos.

Sin embargo, sí nos concentráramos en los infanticidios encontraríamos que la balanza del sexo de los perpetradores cambia, advierte Pueyo.

«Es muy raro que haya mujeres terroristas que se autoinmolen, pero las hay. Es muy raro que hayan hombres que maten bebés, pero también los hay. Ningún comportamiento de homicidio o asesinato es exclusivo de un género», señala Pueyo.

«Las mujeres son más autoras de infanticidios, especialmente de bebés, que los hombres. Parece fácil la explicación: ellas son las que están a cargo de su cuidado». ( bbc.com 20 de octubre 2016)

En este orden de ideas es muy importante conocer el alcance de nuestro poder para destruir a nuestros hijos, pero también los sentimientos profundos de los hombres y su sensibilidad oculta, para entenderlos. Son hombres desde que nacen y están a nuestro cuidado. ¿Creemos que tenemos derecho de maltratarlos especialmente porque tienen que aguantar por ser hombres?

El libro «Las Mujeres Son Malas, Los Hombres Son Buenos Por Naturaleza» explica esta realidad, pero además ayuda a cambiar esta concepción de maldad masculina que la sociedad se a encargado de exacerbar desmedidamente con la ayuda de las feministas recalcitrantes. Este libro salva matrimonios y además ayuda a que ejerzamos nuestro poder como madres de una manera más responsable y en su justa medida. Sé los recomiendo y les aseguro que después de leerlo sus vidas no serán las mismas.

Paola Vélez